Nunca usé un antifaz, voy de paso por este mundo fugaz; no pretendo parar, dime, ¿quién camina cuando se puede volar? Mi destino es andar, mis recuerdos son una estela en el mar. Lo que tengo lo doy, digo lo que pienso, tómame como soy. Y va liviano mi corazón gitano, que sólo entiende de latir a contramano; pretendes amarrarme y dominarme, pero yo soy quién elije cómo equivocarme. Aprovéchame que si llegué ayer me puedo ir mañana, que soy gitana. [...] Algo pude entender, de tanto que tropiezo, ya sé cómo caer. [...]

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